Invertir en renovables en España es, ahora más que nunca, una decisión inteligente tanto desde el punto de vista económico como ambiental. Las deducciones fiscales convierten a estas tecnologías limpias en una oportunidad real para ahorrar, revalorizar los inmuebles y contribuir a la sostenibilidad del planeta.
En el camino hacia la descarbonización y la independencia energética, el Gobierno de España ha desplegado una batería de incentivos fiscales que buscan premiar a quienes decidan invertir en energías renovables. Estas medidas, que se canalizan principalmente a través de deducciones en el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), tienen como objetivo acelerar la transición energética, reducir la factura energética de los hogares y apoyar un modelo más sostenible de consumo.
Las actuaciones deducibles incluyen desde la instalación de placas solares hasta sistemas de aerotermia, energía geotérmica, y puntos de recarga para coches eléctricos, siempre que contribuyan a una mejora real y medible en la eficiencia energética.
La instalación de paneles solares en viviendas particulares se ha convertido en una de las principales apuestas dentro del autoconsumo eléctrico en España. Para fomentar esta práctica, el Gobierno permite aplicar deducciones en el IRPF que oscilan entre el 20% y el 60% del coste de la instalación, dependiendo del grado de mejora energética conseguido:
Estas deducciones se aplican sobre una base máxima de entre 5.000 y 7.500 euros por año, y en el caso del beneficio del 60%, se puede prorrogar hasta un máximo acumulado de 15.000 euros repartido en varios ejercicios fiscales.Es fundamental contar con un Certificado de Eficiencia Energética (CEE) antes y después de la intervención para acreditar la mejora conseguida. Las actuaciones deben realizarse antes del 31 de diciembre de 2025 (en algunos casos hasta 2024, según la deducción).
El Gobierno también apoya la adopción de tecnologías de energía renovable térmica, como la aerotermia, geotermia o biomasa, muy utilizadas para climatización y agua caliente sanitaria.Las inversiones en estos sistemas pueden beneficiarse de una deducción del 40% en el IRPF si se logra un ahorro del 30% en consumo energético o una mejora de la calificación energética. Estas tecnologías, que sustituyen a calderas tradicionales de gas o gasoil, reducen significativamente las emisiones de CO₂ y el consumo energético a largo plazo.
Dentro del modelo de transición ecológica, el Gobierno también premia la adquisición de vehículos eléctricos nuevos con una deducción del 15% del coste de compra, aplicable hasta una base máxima de 20.000 euros. El coche debe estar incluido en el catálogo del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), y no puede estar afecto a una actividad profesional.
Además, si se instala un punto de recarga eléctrico en una vivienda, se puede aplicar una deducción fiscal adicional, aunque esta se encuentra limitada por ciertos requisitos técnicos y económicos.
Estas deducciones del IRPF son compatibles con ayudas autonómicas o municipales, así como con subvenciones del programa MOVES III o fondos europeos Next Generation, siempre que se reste el importe recibido a la base deducible.
Fuente: El Periódico de la Energía